EL ENTORNO Y LAS REDES SOCIALES

Valorar lo nuestro. Lo cercano. Aquello que nos rodea día a día. Cuestiones tan sencillas aparentemente y que encuentran muchos inconvenientes por nosotros mismos. Somos inconformistas por naturaleza, sin llegar a pensar la trascendencia de nuestras opiniones o acciones. En ocasiones, un simple comentario positivo puede hacernos ver las cosas desde un prisma diferente. En definitiva, más satisfactorio para todos.

El problema de las redes sociales es que se ha convertido en un foro de debate en el que todo vale. No debería ser así. Todos podemos opinar, claro está, pero con fundamentos y argumentando nuestra posición. Esto último resulta inusual. Lo que piensa se suelta sin tapujos y sin incidir en los daños colaterales que pueda producir. Las RRSS son un vertedero de mentiras y están perdiendo credibilidad. Cualquiera opina secundado por un séquito de seguidores que aportan credibilidad a auténticos despropósitos.

Encajar redes sociales y valoraciones positivas de un entorno parece hoy en día un logro casi imposible. Instalada la fatalidad, a cualquier cosa se le saca punta. Y casi siempre para mal. No se trata de eliminar el sentido crítico y constructivo que debe imperar en la sociedad civil, sino de valorar lo nuestro y situarlo donde se merece. Situar lo ajeno por encima de lo nuestro es un error común que debemos pulir, porque entre todos podremos mejorar la sociedad y aprovechar el impacto de las redes sociales.