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"ESCRACHEANDO" LA CIUDAD

18.04.2013 19:32

 

El descontento de la ciudadanía con la clase política es evidente. Lo dicen las encuestas (la corrupción es uno de los aspectos más preocupantes según los últimos sondeos), lo dicen los comportamientos de la gente y sus conversaciones informales a pie de calle. La desconfianza crece desmesuradamente. A ello hay que sumar la frustración y la ira.

 

En este contexto cobra vida una palabra desconocida, los escraches. Lo más similar morfológicamente hablando son los sketchs de televisión. Nada tienen que ver con ellos. Los escraches son una especie de seguimiento personalizado a políticos en lo que respecta su vida cotidiana. Muchos políticos lo ven como una medida de acoso abusiva. Las diferentes reacciones están protagonizando telediarios y redes sociales.

 

¿Cuándo se traspasa la libertad individual de cada individuo? No estoy de acuerdo cuando se visitan las casas de los políticos y se les increpa desde la cercanía de su domicilio. En esa residencia pueden vivir hijos pequeños, personas mayores y ellos no deben padecer esas repulsas. No lo veo lógico. Tampoco es lícito que se atenten contra bienes materiales o se deforme el mobiliario urbano. Ese no es el camino a seguir. Existen otras vías para protestar contra el actual régimen político. Para ello, deben seguirse los cauces legales.

 

No obstante, la actitud de algunos políticos ante este nuevo fenómeno es cuanto menos deleznable. Es el caso de Sigfrid Soria, político canario perteneciente al PP que declaró en su twitter lo siguiente: “Eso sí, como un perroflauta me acose por la calle, me intimide o agreda, la ostia que se lleva ni se la va a creer”. Una incitación a la violencia que no sirve de ayuda para combatir el escenario actual. Más bien, son palabras incendiarias que calientan un ambiente, de por sí, bastante caldeado.    

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