LUIS SUÁREZ Y EL FONDO DE ARMARIO

El despertar de la bestia. Tras un periodo de adaptación la mejor versión de Luis Suárez empieza a asomar la cabeza. La larga inactividad, fruto de la dura sanción impuesta por la FIFA, y la llegada a un club nuevo marcó su rendimiento inicial. Tuvo un estreno difícil. Ya en el Bernabéu mostró algunos detalles de su repertorio futbolístico. Entrega, movilidad, lucha y mucho gol son los argumentos que hicieron que el Barcelona desembolsara 80 millones por su traspaso. El conjunto culé comienza a amortizar su fichaje. Los últimos partidos atestiguan un cambio de tendencia, no sólo asiste sino que ha afinado su puntería (4 goles en 3 partidos). La pieza queue no terminaba de encajar en el tridente ha encontrado su sitio. Hay gol para rato. 

 

El fondo de armario siempre fue un problema en los equipos grandes. La única solución, a priori, es optar por las rotaciones. Esa palabra no existe en el vocabulario de Carlo Ancelotti. El técnico italiano se encuentra con un equipo cansado. Varios pilares están sin gasolina. La falta de frescura acucia la zona de creación. El juego no fluye con la misma soltura de octubre, noviembre y diciembre. Este aspecto afecta a los resultados y quizás lo peor son las sensaciones. El fondo de armario no suma, ni están activados para la batalla. La parte crucial de la temporada está aquí ya y el club de Chamartín no pasa por su mejor momento. Urge recuperar a los lesionados (Modric, Sergio Ramos y James). La falta de actividad de los suplentes puede ser un hándicap difícil de superar. Con once no basta.