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LA TECLA SECRETA (ARTÍCULO PARA LA REVISTA EL PUNTERAZO 2013)

09.07.2013 10:08

 

Ganar un Marathón no es una tarea sencilla. Son cuatro días de alta tensión y con muchos factores que influyen en el resultado final. Hablar desde la victoria resulta más fácil que hacerlo desde la derrota. Por ello, quiero dedicar estas líneas al triunfo que conseguí el pasado año con mi equipo, Autoescuela Benalup. Nosotros llevábamos varios años rozando el triunfo. La presencia en tres semifinales y en dos finales perdidas da fe de ello. No obstante, en el deporte no hay sitio para los subcampeones, con el paso de los años el recordado es el campeón.

 

Quitarse un peso de encima. Quizás esa sea la primera sensación que se me vino a la mente tras conquistar el título. Son muchos años aguantando la “guasa” y las bromas del personal. Los que viven el fútbol sala saben de lo que hablo. Sencillamente es el santo y seña del Marathón. Los piqués están a la orden del día, eso sí que siempre sean sanos y deportivos. Ganar supone una liberación, saber que has cumplido el objetivo que te propusiste desde pequeño. Y sobre todo, no olvidar una máxima: para ganar un Marathón antes tienes que perder uno. (Ahora llegará Moguel y me desmontará esta teoría con una anécdota de los años 80-90). La derrota como primer escalón hacia la victoria.

 

Desde mi modo de ver, tenéis 5 claves para conseguir el ansiado triunfo. 

 

- Permanecer juntos. La unidad y el buen ambiente son factores esenciales en cualquier deporte de equipo.

 

- Mantener el bloque. Siempre existe la posibilidad de realizar algún retoque para mejorar, pero el bloque hay que mantenerlo. Los equipos que cambian constantemente de jugadores no alcanzan los objetivos. Sólo basta con echar un vistazo a los últimos campeones de Marathón. A los resultados me remito.

 

- Desconectar. El factor descanso es otra de las claves. En una competición tan corta y exigente los jugadores tienen que aprovechar el poco tiempo de relax que la competición permite.

 

- Defensa y pegada. La Alameda no es el pabellón. La peculiaridad del terreno condiciona la forma de jugar. Una buena defensa acompañada de un portero fiable y una potente pegada te asegura triunfos.  

 

- Una pizca de suerte. La suerte, queramos o no, siempre está presente. Algunos partidos se deciden por pequeños detalles.

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