LUNES DE RESACA

Aún está candente el partido que disputaron los dos grandes del fútbol español en el Camp Nou. Existen valoraciones de todo tipo al respecto. El choque de trenes no paso desapercibido y cumplió con las expectativas suscitadas, pese a que los equipos sólo llevan siete jornadas de Liga en sus espaldas. Voy a ofrecer las dos versiones del postpartido.

Desde el bando local, el partido fue algo más que un partido de fútbol. Fue una reivindicación política. La efervescencia del nacionalismo catalán salió a relucir en ese ansiado minuto 17. Los partidarios de la independencia contaron con un respaldo enorme de las gradas del Camp Nou. Podemos afirmar que la batalla política consiguió hacerse notar. En el plano deportivo, el Barcelona debe quedarse con la segunda parte. Desaparecido en la primera mitad, el conjunto de Tito espabiló en la reanudación del partido. Sorprende que llegara más fresco que el Madrid a los minutos finales. La nota negativa fue la baja de Dani Alves. El lateral sufre una lesión muscular que lo alejará de los terrenos de juego durante tres semanas. Toca hacer más cábalas en una defensa muy mermada por las ausencias. La ventaja de puntos en la clasificación sigue siendo la misma.

Por su parte, el Real Madrid mostró su mejor versión en los primeros 25 minutos. La desgracia de los blancos fue su falta de puntería. Con un poco más de acierto el resultado al descanso hubiera sido bien distinto. Las sensaciones que despertó son satisfactorias. Volvió el mejor Ozil. El alemán dejó apuntes de su depurada técnica individual. Cristiano continúa en su lucha con Messi por ser el número uno mundial. El equipo debe mejorar el tono físico. Aunque la ventaja de puntos en la tabla clasificatoria es notable, el Real Madrid parece haber superado el miedo escénico del Camp Nou. Las últimas visitas a Barcelona confirman este hecho.

Un partido del que salen beneficiados los dos equipos. Una parte para cada uno de ellos. El Barcelona pudo salir tocado de la primera mitad y pudo ganar el partido en los instantes finales. El Real Madrid le empieza a tomar la medida al Camp Nou, algo que resultaba impensable en los últimos años.