MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES

El verano 2012 ya es historia. Esta semana comenzamos el otoño o aquellos que muchos denominan coloquialmente como el “veranillo del membrillo”. Este verano no tendrá una ubicación especial en nuestras retinas. Ha pasado con más pena que gloria evidenciando que afrontamos una crisis sin precedentes. En líneas generales esta época del año suele tener una gran repercusión en la vida diaria, se fomentan las relaciones sociales, se realizan viajes, campings…entre otras cosas. Comportamientos, actitudes que no han tenido mucha respuesta de una ciudadanía ahogada en letras, hipotecas y demás.

No creo que Benalup-Casas Viejas sea uno de los reductos por excelencia del desempleo como se ha proyectado desde algunos medios de comunicación. Aún así, no somos ajenos a una situación económica que ha quedado bien plasmada durante los meses estivales. Mucho debate a nivel local genera el cultural verano, ese amplio elenco de actividades que se suele organizar para estas fechas del año. Este año ha sido pobre en calidad y contenidos, apenas podemos salvar el Marathón de fútbol sala y la Feria, dos clásicos del municipio. Salvo estas festividades, que se encuentran muy arraigadas y cuentan con un amplio respaldo social, el resto no ha despertado grandes ilusiones. Sin ir más lejos, este pasado fin de semana tuvo lugar la final del Festival Panorámico de Música. Según me cuentan, el festival ha tenido una organización inmejorable, con unos medios y un escenario de nivel, pero con poco afecto por parte del público.

Atrás quedaron los años de bonanza, aquellos tiempos en los que éramos la envidia de la provincia. Celtas Cortos, El Canto del Loco, OBK, El Barrio son algunos de los ejemplos más significativos. Estelares actuaciones musicales que ambientaban las calles de nuestro pueblo. Es obvio que hay otras necesidades y que el ocio pasa en estos tiempos a un segundo plano. Quizás con una incesante búsqueda de patrocinadores, con una entrada a precio módico y algún esfuerzo algo se podría haber conseguido. O al menos eso me dicen desde muchos sectores del pueblo.