PRIMA LA DESCONFIANZA

La semana pasada salieron a la luz datos reveladores sobre la situación política actual. En líneas generales, la crisis no deja a títeres sin cabeza. Según el barómetro del CIS, el titular sería que el Partido Popular pierde 8 puntos con respecto a las elecciones generales y que esa situación no ha sido aprovechada por el PSOE para recuperar posiciones. El único partido que crece en estimación de voto es UPyD con 1,6 puntos de subida. La imagen progresista y novedosa de Rosa Díez gana adeptos poco a poco.

Volviendo a los números, el PP alcanza el 36,6% de estimación de voto frente al 44,6% registrado en las elecciones del 20-N. Por su parte, el PSOE se sitúa en un 29,9%, una cifra que mejora ligeramente el 28,73% obtenido en los últimos comicios. Además, los populares pierden cuatro puntos con respecto al barómetro realizado en el mes de abril. Esta caída responde a las medidas restrictivas llevadas a cabo por el Gobierno. Unas decisiones, que al menos, no han tocado los míseros 400 euros con los que persisten muchas familias en España.

Sorprende que el PSOE haya sido incapaz de mejorar sus números. La tijera de Rajoy colocaba a los socialistas en una situación idónea para igualar las fuerzas. Los numerosos conflictos internos han mermado la credibilidad de los socialistas. Un claro ejemplo lo encontramos en Cádiz, donde el partido está resquebrajado por diferentes sitios. Es momento de conjugar unión y liderazgo para lograr la remontada. No creo que sea muy difícil porque resulta complicado hacer las cosas peor que el ejecutivo de Rajoy.

En conclusión, la ciudadanía de a pie está sumida en una etapa sin precedentes, un momento en el que la política está desvalorada y muy cuestionada. Y aún dicen los expertos que la maldita crisis seguirá con nosotros unos cuantos años más. Una situación desconcertante y aterradora.