UN ATLÉTICO REAL

‘El Pupas’ deja de hacerse pupita. Acompañado siempre por una aureola de derrotismo y desgracias deportivas, el Atlético comienza a saborear la miel del éxito. Los rojiblancos se confirman como una alternativa real al título de Liga. Afianzados desde hace varias jornadas en la segunda plaza, hoy por hoy, son el rival más directo del Barcelona, actual líder de la tabla clasificatoria. A tres puntos del liderato y con una ventaja de ocho puntos sobre su máximo rival, el Real Madrid, llegan al derbi inmersos en una situación de ensueño.

Ni el más optimista de los seguidores del club soñaba con estos números. Las causas de este resurgir rojiblanco son claras y evidentes. La comunión equipo-afición es total. La grada está enganchada y rendida a una dinámica de resultados magnífica. En esta unión tiene un protagonismo especial su entrenador. Simeone ha impregnado de garra y raza a un equipo acostumbrado a hacer aguas a las mínimas de cambio. El técnico ha sabido contagiar la actitud que mostraba en su etapa como jugador a sus pupilos. Ese cambio de mentalidad ha quedado rubricado en el rendimiento de sus activos personales. Godín, Miranda, Juanfran, Gabi o Mario Suárez son una muestra ejemplar. El equipo cuenta con un referente. Todo equipo ganador necesita de un goleador. Radamel Falcao cumple con creces esa función. El colombiano golea dentro y fuera de los terrenos de juego. Su humildad y trabajo es encomiable.

Si algo caracteriza a los equipos ganadores es el conseguir el triunfo sin realizar méritos para ello. Real Madrid y Barcelona han ganado muchas ligas cumpliendo con esta premisa. Ahora es el Atlético el que se apunta a esta tendencia de sacar conclusiones positivas de días malos. El partido de Granada ilustra esta teoría. Por ello y mucho más, el Atlético es una alternativa real a una Liga que estaba reservada para dos.